No más muerte en esta tierra de Dios,
que no nace el fruto al segar el sembrador,
que las flores mueren,
y el alba cae sin respandlor.
Que las espadas no se saluden
que los corceles no se encabriten
que la muerte sea tu enemiga
y que la Paz sea tu amiga.
Que el viento susurre en su aliento,
y que recorra mil kilómetros en el cielo,
para que la PAZ vuelva a derrotar este nuestro tormento.
Que las armas no destruyan a los hombres,
sino que los hombres destruyan a las armas,
que el cielo vuelva a ser alegría,
y que la paz vuelva a esta tierra llamada ¡Andalucía!
Jesús Adame Sabino
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