

Desde su condición de hombre a caballo entre Oriente y Occidente, Maalouf intenta comprender por qué en la historia humana la afirmación de uno ha significado la negación del otro. Pero al mismo tiempo rechaza la aceptación resignada y fatalista de tal hecho. Su mensaje es que se puede ser fiel a los propios valores sin verse amenazado por los de los demás. Ejemplos históricos, filosóficos y religiosos ilustran su teoría. Cuando a Maalouf se le pregunta si se siente más libanés o más francés él responde que por igual. Y no lo hace por diplomacia: `Lo que me hace ser yo mismo y no otro -dice Maalouf- es que estoy a caballo entre dos países, entre dos o tres lenguas, entre varias tradiciones culturales. Ésa es mi identidad...`. Muñoz Molina, J.A, Sefarad. Alfaguara, 2001. Distintas historias se narran en esta novela, pero todas tienen un denominador común, la soledad, la marginación, la exclusión de diferentes grupos, unos minoritarios, otros no tanto, por una mayoría con capacidad para ejercer el poder y decidir sobre la suerte de los demás. La lucha por sobrevivir será el común denominador de todas ellas.